Cuando eres estudiante de nivel básico, anhelas la oportunidad de poder interactuar al fin con algún paciente, para realmente comprobar si esto es para lo que estas hecho o no. En mi caso así fue y la verdad es que al estar en la CEIFB ha cambiado totalmente la perspectiva con la que últimamente me sentía.
Al principio creía que los talleres solo eran para perder el tiempo y que no servían, pero la verdad es que han contribuido muchísimo mas con la formación previa que ya tenia y hay muchísimas cosas que hasta ahora he venido a comprender y que tal vez en clase no lo había hecho, o ya lo había olvidado, y ahora lo reforcé. Además de que la mezcla al principio con mis compañeros de práctica grande, sirvió para establecer algunos lazos estrechos no solo como colegas, si no también como amigos.
Cuando entre a mi primer valoración de paciente estaba muy nerviosa, porque no sabia exactamente que es lo que debía hacer, pero la verdad mi pasante es buenísima y ahora ese primer contacto con el paciente ya no me asusta como al principio. Después de esa primer valoración, que se convertiría en mi primer paciente, cambio mucho mi forma de ver la acción de la fisioterapia en la vida de las personas, cuando los pacientes van mejorando sesión con sesión es reconfortante para ti y para tus compañeros pues definitivamente hay algo que estas haciendo bien. Este primer contacto también me sirvió para interactuar con muchos tipos de paciente, no solo hablando acerca de sus padecimientos, si no también de su comportamiento, y aprendí a como poder interactuar con ellos y de ahora en adelante con mis pacientes futuros.
Pude corroborar también que los tratamientos son individualizados y que cada practicante buscaba la manera de que en las sesiones con sus pacientes hubiera siempre algo nuevo, para que tanto ellos como los pacientes no se aburrieran, y de verdad, siempre vi pacientes contentos al llegar a su terapia y al trabajar durante el tratamiento. Algunas veces, mis compañeros de práctica grande, permitían que yo colaborara con algún tipo de ejercicio o estiramiento durante la terapia y estas contribuciones también hacen que uno crezca como profesional.
Lo más importante, y con todo lo bueno que me quedo, es:
-El trabajo en equipo, tanto para los talleres, como para las sesiones con paciente.
-Que mejoré como persona, cada día. En ocasiones soy muy seria y casi siempre piensan que estoy enojada, pero cuando entraba con mis pacientes,la actitud me cambiaba completamente.
-Todo lo que aprendí en los talleres y lo que seguiré aprendiendo en los que faltan.
-Las enseñanzas sobre distintas técnica de aplicaciones de agentes físicos o de técnicas de ejercicio que me enseñaron los pasantes y la profesora.
Si se trata de dar una calificación cualitativa a mi trabajo en la clínica durante este periodo me daría un ocho, porque a veces si me ganaba la flojera para hacer algunas actividades.
Sin más, le agradezco a todos los que me hicieron sentir un ambiente agradable y de confianza y me dejaron desenvolverme un poco mas en el ámbito de la intervención fisioterapeútica. Me llevo muy buenas experiencias, muy buenos amigos, y un recuerdo bonito de las primeras personas con quienes inicie y termine un tratamiento favorable.
Claudia González Maldonado.
Práctica Clínica I
Primavera 2018
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